Navidades de mi juventud

Hay una frase de navidad que dice "Feliz, feliz Navidad," la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia, y es cierto que las celebraciones navideñas son mágicas para los niños, verdaderos protagonistas de estas fiestas. Por eso desde el Centro Guadalinfo y la Biblioteca Municipal os deseamos que vosotras las mayores seáis exclusivamente las protagonistas que tanto disfrutabais en estas fechas con juegos, dulces navideños, aguinaldos, villancicos, etc.
Para ello, os dejamos a continuación una colección de redacciones en las cuales se relatan lo vivido en las Navidades de vuestra juventud.


Caridad Jiménez Yébenez

Las navidades de mi juventud eran distintas a las de hoy. Al pensar en ellas me doy cuenta de que había menos ropas para ponernos y menos cosas para comer, pero nos divertíamos más que ahora. Yo recuerdo que nos juntábamos todas las vecinas y cantábamos villancicos, tocábamos la zambomba, las panderetas, los platillos etc. Íbamos a las casas de las vecinas a pedir el aguilando y cantábamos copillas, os voy a decir unas cuantas:

A esta puerta hemos llegado

cuatro amigas a cantar

si queréis que cantemos

permiso debéis de dar.


A esta puerta hemos llegado

cuatrocientas en cuadrilla

si queréis que nos sentemos


sacad cuatrocientas sillas.


Otras de las cancioncillas eran para pedir el aguilando.


El aguilando real

son tres libras de tocino

un doblez de longaniza

y arroba y media de vino.


Levántate Rosa hermosa

con tu pelo lindo y largo

y te pones las enagüas

y nos das el aguilando


levántate Juan Antonio

y vas abriendo la alacena

que valla sacando pronto

cosillas de Noche Buena


Dame el aguilado estrella

dámelo cara de Rosa

que lo estamos esperando

de tu manos generosa


Para despedirnos le cantábamos otra, que era algo como esto.


Echemos la despedia

con la hoja de un pimiento

que la música no ha sido

como ha sido el merecimiento


Echemos la despedia

yo no la quisiera echar

que en la casa que yo estoy

yo me quisiera quedar


Echemos la despedia

con un granito de arroz

que la gente de esta casa

todos se queden con dios


Y ahora ya se despide una amiga desde Algarinejo.

Caridad Jiménez Yébenes


Carmen Ariza Nieto

Algarinejo 21 del 2 del 2011

Soy alumna de guadalinfo, también de la escuela de mayores, aún no me considero mayor porque de animo y energía me encuentro bastante animada y por eso me atrevo a contar algo de mi juventud, en particular os cuento de la navidad. Llegado el mes de Noviembre ya empezábamos, nos juntábamos los vecinos para hacer las zambombas y también las cañarracas, este instrumento se hacia de un trozo de palo de olivo que fuera derechito y estuviese seco y con la navaja se le hacían unas rayas como surcos y se tocaba con un palote, se acompañaba con la zambomba, el almirés, la botella de aguardiente y las voz de los cantantes, solían ser los vecinos mas cercanos, los padre y los niños, todo esto era cuando yo era joven y se cantaban villancico y se acompañaba la fiesta con copitas de aguardiente mantecados y roscos de vino. Estos dulces se hacían en casa de vecinos, los que tenían horno de leña, buscaban la leña en el campo para caldear el horno y hacían los mantecaos la noche de antes para por la mañana temprano ir a cocerlos y se comían la noche buena. Se hacía potaje de bacalao, batatas y arroz con leche, todo esto era la parte de los padres y los pequeños y los mocitos salían la noche buena de casa en casa a pedir el aguilando. Los dueños les sacaban los dulces y el aguardiente para convidarlos y a cambio les cantaban unas coplillas de la navidad como villancicos de los campanilleros y todos se divertían.

Ahora os voy a decir cuales son los ingredientes para los mantecaos, raspadura de limón, canela, ajolín, almendras molidas y un chorrito de anís. Como se hacían de año en año se echan 5 kilos de harina, 2 de manteca, todo se revuelve en caliente y se hacen con la mano.

Aquí os dejo algunas coplillas de navidad que recuerdo y dicen así:

A esta puerta hemos llegado

cuatrocientos en cuadrilla

si queréis que os cantemos

sacar cuatrocientas sillas


Esta noche es noche buena

y mañana es navidad

saca María la bota

que me vas a convidar


A esta puerta hemos llegado

a pedir el aguilando

y me lo tienes que dar

sino es hoy será mañana

de aquí no me voy sin na


Echemos la despedía

con un granito de arroz

que la gente de esta casa

todos se queden con Dios

Se despide una amiga, Carmen Ariza desde Algarinejo.

Aurora Puerto Porcuna

Las navidades de mi juventud.

Se celebraban diferente a las de ahora, antes había muy poco dinero para celebrar pero lo pasábamos muy bien, tocábamos la zambomba y una pandereta y cantábamos villancicos y pedíamos “el aguilando” por las casas, el aguilando eran unos cuantos mantecados o tortillas que los hacíamos antes de la navidad. Íbamos al molino de pan para cocerlos en el horno y los poníamos en una canasta de mimbre y ya para casa. Se guardaban como oro en paño para los momentos especiales y ahora os voy a contar algo de los reyes. Los reyes de antes no los conocíamos porque era un lujo y no había dinero para nada mas que para lo preciso y ya me despido con una receta de mantecados caseros.


Ingredientes:

harina, azucar, manteca de cerdo, ajolin, canela.

Preparacion:

Se derrite la manteca y se pone en un recipiente y se echa la harina, la manteca, el azucar, el ajolin y la canela. Todo se hace una mezcla y se amasa muy bien y ya se hacen los mantecados, luego se cuecen y listo para comer.

Carmen Puerto Porcuna

Las navidades de antes.

Cuando yo era joven veía yo que las navidades no eran como las de ahora. Antes cada uno se quedaba en su casa ya que no había comida para invitarlos a todos y las comidas eran potaje bacalao batatas cocidas y mantecados que se hacían en el molino. Venían los animeros o zambomberos cantando por los cortijos y se les regalaban mantecados y aguardiente después de dedicarnos sus canciones.

El día de nacimiento venían “los tontos” que eran hombres vestidos con lazos y alfileres que les daban las mozuelas, ellos daban saltos para pedirle algo a las mozuelas y nosotras asustadas les regalábamos medallas, alfileres, lazos... lo que cada una tenía.

El día 31, las mozuelas nos juntábamos en los cortijos y nos comíamos las uvas, hacíamos una fiesta tocando con un pito de caña, bailando y cantando, haciendo corros, nos divertíamos mucho, y así eran nuestras navidades.

El día los reyes no teníamos regalos pero nos hacíamos nuestras propias muñecas de trapo, estaban hechas de retales de tela y rellenas de lana y los niños hacían escopetillas de caña o una vareta atada con una tomisa y aquello decían que era su borrico.

El día San Antón, (17 de Enero) se juntaban los tontos y les daban cebollas, morcillas, granadas... de lo que había en las casas y se celebraba una fiesta en la Ermita del Serval que hay una imagen de San Antón. Ellos rifaban los regalos que les habían dado y el dinero que conseguían era para alguna promesa que tenían.


Las navidades de antes eran más divertidas que ahora por que aunque no teníamos tantas cosas disfrutábamos mucho más que ahora.

Se despide una amiga desde Algarinejo.


Dolores Arévalo Ramos

Las navidades de mis tiempos de joven eran muy divertidas, nos juntábamos amigas y vecinas cada una con su instrumento que eran zambombas, carrañacas, platillos, una botella de anís y algunos tenían guitarras y cada noche en una casa, casi siempre se corría la voz y organizábamos una fiesta, cantábamos villancicos hacíamos corros bailamos la molinera la llenca y hasta la vaca lechera jugábamos al anillo y al ramito de flores al tintín de la correjuela y lo mas importante con la ilusión que lo hacíamos todo. Pero con el tiempo todas las ilusiones se van desapareciendo y quedan menos ganas de cantar y bailar. Pero ahora nos queda otra etapa que también tiene sus valores nos juntamos todas las mayores y nos lo pasamos muy bien vamos a la escuela a los ordenadores, también vamos a varios viajes cosa que antes no disfrutamos, así es que buscando el lado positivo a las cosas todos los tiempos tienen sus valores, ahora nos queda recordar todo lo bueno y malo que hemos vivido pero siempre ahí que quedarse con lo positivo. Sin otra cosa por el momento se despide Dolores Arévalo desde Algarinejo.

Emilia Arenas Delgado

Os voy a contar algo de las navidades de cuando yo era joven, eran muy distintas a las de hoy pero lo pasábamos muy bien, antes había mulos y vacas para cultivar la tierra y mis hermanos tenían que por la noche levantarse dos veces a echarle de comer. Como por navidad son las noches muy largas y ello las echaban cantando, y al otro día les decíamos, no os da lastima de despertarnos, y ellos decían, no quiero que se me olviden las coplas de navidad y por eso os voy a contar una pocas de las que me acuerdo.


A tu puerta hemos llegado

cuatro cientos a cantar

si quieres que te cantemos

licencias nos has de dar


licencia pro mi tenéis

de mis padres no lo se

pero sentarse y canta

que yo se la pediré

subió la niña parriba

toda llena de primor

padre me da usted licencia

para que cante mi amor


si sabes que no lo quiero

ni de mi gusto es que cante

pero ya que a comenzao

baja y dile que remate


bajo la niña pabajo

toda llena de alegría

amor mio pasa y canta

hasta que llegue el día